miércoles, 27 de agosto de 2008

Anaconda




Eunectes murinus
La anaconda verde o común (Eunectes murinus) es una serpiente constrictora de la familia de las boas. Es quizá la mayor serpiente conocida; se ha mencionado la existencia de hembras de hasta 10 metros de longitud y 250 kg de peso, con una diámetro de hasta 4 dm . Los machos son significativamente menores, en el caso más marcado de dimorfismo sexual entre los Squamata. Este tamaño es más sorprendente en vista de la escasa longevidad del animal, que rara vez supera los 15 años.No obstante la mayoría de los hallazgos de grandes anacondas no han sido científicamente verificados, por lo que permanece en duda cuánto pueden crecer realmentes estas serpientes. En numerosos estudios científicos de campo raramente se han medido ejemplares de más de 55 dm .La anaconda verde es endémica de Sudamérica; habita las cuencas del río Amazonas y del Orinoco, además de otros enclaves en Brasil, Bolivia, Colombia, Guyana, Perú, Venezuela y la isla Trinidad.
Características
E. murinus es de color verde oscuro, con marcas ovales de color negro y ocre a los flancos. El vientre es más claro, y en la parte final de la cola muestra diseños en amarillo y negro que son únicos para cada ejemplar. El hocico está cubierto por seis escamas engrosadas, tres a cada lado, que constituyen el rasgo más distintivo que separa a las especies de Eunectes de las estrechamente relacionadas Boa.La cabeza es estrecha, y no presenta un cuello marcado. Las narinas y los ojos están en una posición elevada, facilitando así la respiración y la percepción durante los largos períodos que la anaconda pasa sumergida. Los receptores olfativos se encuentran en la lengua, como en todas las serpientes. El cuerpo es ancho y musculoso, adaptado a la forma de presa de la serpiente, que mata a sus presas por constricción.En la región caudal, la zona de la cloaca es la única no cubierta por escamas de todo el cuerpo. En las inmediaciones de ésta la anaconda presenta espolones, los restos de las extremidades locomotoras atrofiadas.
Hábitat y comportamiento
La anaconda se siente a gusto tanto en los árboles como en el agua; prefiere y los estanques de aguas quietas a las corrientes rápidas, por lo que es raro encontrarla a gran altura. Pasa la mayor parte del tiempo sumergida, acechando a su presa; la posición de las narinas le permite sumergir casi todo el cuerpo a modo de cripsis, y su poderosa musculatura la hace una rápida nadadora.Caza por lo general animales que se acercan a beber, sujetándolos con sus mandíbulas y aferrándose a ellos para enroscarse alrededor de su cuerpo y sofocarlos. Si encuentra la oportunidad de cazar en tierra, normalmente se descuelga desde una rama para sorprender a su víctima. Contra la creencia habitual, la constricción no mata por lo general directamente a la víctima, sino que le impide respirar, presionando el tórax para imposibilitar la inhalación.La anaconda no necesita triturar a su presa, puesto que su mandíbula —como en todas las serpientes— se desencaja, permitiéndole tragar el alimento entero. La digestión de una presa grande puede demorar varias semanas, durante las cuales la serpiente se encuentra casi inactiva y dormita en una rama lo suficientemente fuerte para soportar su peso o a la vera del agua.La anaconda es capaz de consumir presas de gran tamaño; el carpincho es una de sus víctimas predilectas, así como ejemplares jóvenes de tapir, pecarí, ciervo, y aún caimanes en caso de necesidad. Se alimenta también de huevos, aves, diversos roedores y otros reptiles menores.Últimamente, se ha visto anacondas caníbales, devorándose a los de su propia especie. La mayoría de las especies que son vistas son hembras devorándose machos pequeños, posiblemente, para supervivencia durante la temporada seca, donde es díficil capturar una sustanciosa presa.
Reproducción
El apareamiento de la anaconda se produce entre abril y mayo; las hembras atraen a los machos mediante una señal olfativa, y estos se congregan a lo largo de varias semanas en torno a esta. En la última fase del cortejo, hasta una docena de machos se enrosca en torno a la hembra, luchando por acceder a la cloaca de esta, formando una bola característica; pueden permanecer enroscados de este modo hasta 15 días, muchas veces en aguas poco profundas, hasta que la hembra —más grande y más fuerte— escoge al vencedor.Durante el coito propiamente dicho, los espolones del macho estimulan la región caudal de la hembra; ambas cloacas entran en contacto, y las colas se enroscan mientras se producen la inseminación.La anaconda es vivípara; la gestación, que dura unos seis meses, se produce en el interior del cuerpo de la hembra. Al cabo de ésta, la hembra pare.ConservaciónLa anaconda no tiene particular valor comercial —aunque su piel se usa ocasionalmente en marroquinería; la principal amenaza para su conservación es la destrucción de su hábitat, así como la caza por parte de lugareños que la consideran un riesgo para el ganado doméstico y los niños, sin tener en cuenta el papel que juega en el control de las plagas de roedores.

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